viernes, 29 de marzo de 2019

DON FRANCES DE BEAMONTE : DOCUMENTO ( AÑO 1521) (XXX).

                                                     AÑO 1521

      "..De jurisdicción del conde de Salvatierra era la villa de Ampudia, situada á la caida del monte de Torozos por la parte de Campos, y en odio del procer alavés, á quien por ninguna via pudo reducir el condestable á deponer las armas, dispuso que se le ocupara aquel señorío. En efecto, de Simancas salió para esta empresa don Francés de Beamonte, caballero navarro, al frente de cinco banderas, y, distrayendo á los de Valladolid con un descubierta de algunos ginetes, que se aproximaran á sus muros corrióse diestramente hacia Ampudia, de la cual se hizo dueño sin grande fatiga. 


    Desde su llegada á Valladolid se habia aposentado Juan de Padilla diversas veces en Yillanubla, Zaratán y Cigales ; ahora, después de tocar alarma, para que de cada cas de los vallisoletanos saliera un hombre, se encaminó de noche á este último pueblo, y de alli siguió á Ampudia con ánimo de recuperarla en breve y de captarse de lleno la voluntad del revolvedor de las Merindades. Con el propio fin se movió el obispo Acuña de Dueñas, donde le cogió la noticia, y asi los dos capitanes juntaron un respetable cuerpo de tropas y buenas máquinas de guerra, entre otras un famoso cañón llamado San Francisco, de la época de Jiménez de Cisneros y cuatro pasavolantes. 

    Ansiosos de pelear los de Padilla embistieron sobre la marcha el muro de Ampudia, aportilláronlo al primer empuje, y muy en orden se acercaron al castillo, guardado por las gentes del capitán navarro. Calculando éste la disparidad del número de sitiadores, y viendo ser pocos contra muchos, puso en custodia de la fortaleza al alcaide con sesenta hombres de armas, y en seguida con el resto de su tropa escurrióse por un postigo falso y se hospedó sin contratiempo en la torre de Mormojon, una legua distante de Ampudia. Averiguólo Padilla y dio tras el navarro, quedando sobre la fortaleza el prelado desamora. No bien avistaron los comuneros el lugar, que exacerbaba mas y mas su férvido anhelo de venir á las manos con los imperiales, se arrojaron á las puertas, quemáronlas frenéticos de rabia y comenzaron á trasponer el muro. Detúvoles en su ímpetu no la hueste del don Francés de Beamonte, sino el vecindario todo en ademan humildoso y doliente, precedido de clérigos con cruces, descalzos los niños, afligidas las mugeres, silenciosos los jóvenes, mustios los ancianos..."


                                     FUENTE                            

                          HISTORIA DEL LEVANTAMIENTO 
                  DE LAS COMUNIDADES DE CASTILLA. 
                                    1520-1521
                                           DE
                        ANTONIO FERRER DEL RIO

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