Conocida y demostrada la lealtad de Aranda de Duero, que, naturalmente, hubo de sentir la influencia de Burgos, el Emperador les escribió reconocido , y la villa, en 9 de Enero de 1521, contestó regocijada reiterando su fidelidad y disculpando los sucesos pasados, en que no se pensó deservir á S. M., y terminó rogando les perdonase y mirara con ojos de piedad.
En esta misma carta se relata que á D. Francés de Viamont, Capitán de la gente que vino de los Gelves, se le requirió para que no pasase adelante de donde estaba aposentado y acudiera donde residía la Reina Doña Juana, sino que la villa saldría á impedirlo.
D. Carlos de Arellano, Capitán de la gente de la Junta, se presentó con carta que dijo ser de la Reina, requiriéndoles para que le prestasen favor y ayuda, y entonces escribieron á D. Francés de Viamont
que se volviese al servicio de la Reina, y de lo contrario le impediría el tránsito por aquella tierra, con lo cual pudo despedirse á D. Carlos. Y terminó
diciendo que no diese lugar á palabras ni cartas, pues la intención era limpia y sin escoria como la plata, por lo tocante al servicio de S. M., con la lealtad que siempre le tuvieron y de
bían.
FUENTE
HISTORIA CRÍTICA Y DOCUMENTADA
DE LAS
COMUNIDADES DE CASTILLA
TOMO III
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