"..Dió buelta el Diego a Pamplona para aseguralla como a cabeza de aquel Reyno y esta razón Don Francés de Navarra y Beamonte con su parcialidad de Beamonteses, deseando servir a Nuestro Rey y por medio de los que havía de ella en la villa de Estella, lugar de grande importancia, entró en ella y saqueó las casas de los contrarios, retirándose ellos al Castillo que estava por el Rey Don Juan, alcual puso cerca Don Francés con su gente y la del Duque de Navarra y de algunos lugares de la raya de Castilla,
era esta fortaleza considerable por si y por el puesto que tenía y así necesitava el ganalla, por lo que mandó el Rey Cathólico al Alcaide de los Donceles fuese sobre ella, hízole y con su llegada se apretó tanto el cerco y se le ganó al enemigo una estancia que tenía cerca de la puerta y mandó poner otra el Alcaide en la puerta falsa que sale al campo, quedó impedida la entrada y salida de la fuerza, cuyos defensores se portavan animosamente, aunque nuestra artillería les quitava algunas defensas y quitava los principales, que eran dos Iglesias que había dentro, si la christiana piedad del Alcaide de los Donceles no lo impidiera, respetando las casas de Dios, en quien esperava que por este justo y devido respeto le abriría camino para conseguir con poco daño su intento.
Como quiera que comenzava a tener sus pláticas con los cercados y los de otra fuerza que llaman Belmechete, que rindiéndose acovardó no poco a los de Estella y les obligó a tratar de rendirse prometiendo entregarlo el sábado 3o de octubre, de que dieron bastante en rehenes y haviendo conforme a lo tratado, sacado sus bienes de ella, la entregaron al plazo puesto a nuestro Alcaide Don Diego, entregándose al mismo tiempo las fortalezas de Cabrega y Monjardín y pocos días antes la de Tafalla, que se resulve a los nuestros, quitando a los franceses las esperanzas que tenían de recobrar el Reyno y luego de socorrer a Estella pues era tarde y dejando la gente que asistía en este asedio libre para acudir a servir en otras ocasiones.
La tenencia de Estella asedió al Alcaide de los Donceles, como a quien tenía merecida por haverla ganado y allí le escrivió Pedro Martín de Anglería dende Logroño, donde asistía con la Corte las 5 cartas que leemos en el Libro 25 de sus historiales, dándole en la La su fecha a 13 de noviembre de 1512, el parabien de haver ganado a Estella y en las demás quenta de los sucesos de esta guerra de Navarra y cerco de Pamplona.
Pusiéronsele el Rey y Don Juan y Mosieur de la Paliza engrosado grandemente su exército de buen número de Alemanes y de Gascones que les havía venido nuevamente de Francia, stando dentro de la Ciudad el Duque de Alva que lo puso bien en defensa. Para socorrer la juntó un razonable exército nuestro Rey y nombró por su General al Duque de Nájara, valiente cavallero. Mandó a nuestro Alcaide que dexando de recaudo, que huviese menester la fortaleza de Estella y por Governador y Capitán de la Ciudad de Valencia de Benavides el se fuese a Pamplona con toda la gente que tenía excepto cien hombres de Armas que enviase a la puente de la Reyna al de Nájara y lo mismo mandó que hiciese Gómez de Buitrón y Martín Ruiz de Avendaño para que entrasen juntos con su gente en Pamplona, pero esto no se executó, no se si por orden que huyo después contraria o por haver ya el enemigo puesto cerco a Pamplona y impedido el paso, obligando al Alcaide Don Diego y estos dos Capitanes, a quedarse en el exército del de Nájara.
Cercó a Pamplona el enemigo Domingo 20 de noviembre, dióle recios convates, pero viendo cuan poco havía granjeado a quanto había perdido en el último que se dió a 27 del mismo por el valor del de Alva y los que acompañaban en la Ciudad y que iban faltando la gente y vituallas y engrosándose el campo del de Nájara, levantó el suio, dexando el inútil asedio martes último de noviembre, el mismo día salió a su fuerte y se fué a poner entre el exército francés y la Ciudad, con hasta 6o hombres, Coroneles Gómez de Buitrón, Martín Ruiz de Avendaño y Rensijo y la gente de a cavallo mui lucida, con muchos señores que le acompañavan el Duque de Segorve, Don Alonso de Aragón, hijo del Infante Fortuna, los Duques de Serna y Viilahermosa, el Conde de Rivagorza, el Alcaide de los Donceles, (por este orden los pone Zurita), el Marqués de Aguilar y el Conde de Monteagudo, de donde infiero que no entró en Pamplona el Alcaide ni los Coroneles dichos.
Salió el de Alva de la Ciudad y pasando grandes cortesías entre él y el de Nájara, determinaron se fuesen en seguimiento del enemi-go que por el Puerto de Moya, cuia fortaleza estava por el Rey Don Juan, se bolviose perdidoso y triste a Francia, no sin pérdida de 13 pie-zas de artillería y muchos Gascones y Alemanes que en diversos pasos y a manos de diversos Capitanes perdieron como parecían por ventura. todos, sin nuestros Capitanes se concertaran en el modo de seguirlos y 'o executaron en breve.
De todo esto dá por menudo quenta Pedro Martín de Anglenia a nuestro Alcaide de los Donceles ignorando acaso por en- tonces que se halló en la jornada, pues escrive a quien estava en Estella.
Después de idos los franceses atendió el Duque de Alva a reparar los daños hechos en Pamplona y tonificarla para lo venidero, dando quenta al Rey Cathólico y executando sus órdenes a cuio servicio reducidos los Agramonteses y entregadas las fortalezas que tenían en aquel Reyno, parte de las cuales por demás costa que provecho se desmantelaron, quedó todo pacífico en la obediencia de nuestro Rey, que agradecido a los servicios que el Alcaide de los Donceles havía en su conquista hecho, y fiado que le sabría defender de qualquier invasión enemiga, le nombró por Virrey y Capitán General del honrrándole 1.° con el Título de Marqués de su Villa de Comares, para que el lugar y el Marquesado fuesen más honrados como lo escribe Pedro Martín de Angleria, en la última carta de las sias referidas, dándole quenta al mismo (por ventura cortasanía) de que el Alcaide de los Donceles le havía hecho su Alteza Virrey de Navarra y adornable con el Título de Marqués de Comares, pueblo en el Reyno de Granada.
No faltando en nada el nuevo Marqués a sus antiguas obligaciones y a las nuevas esperanzas justamente de él concevidas en el ánimo del Rey Cathólico, acudiendo con suma vigilancia y prudencia a las cosas de su cargo, pacificazión del Reyno servicio de Dios y de su Rey, donde entró en Pamplona entregándosela el Marqués de Villafranca, hijo 2.° del Duque de Alva, que para el efecto por orden de su padre havía quedado en ella, como lo mostró en el año siguiente de 1513 enviando socorros de Infantes y cavallos. Diego de Uera para asegurar más la fuerza que tenía de San Juan del Pié del Puerto y grangeando cautamente los ánimos de los de Vanderrocal para que estuviesen firmes en el servicio del Rey Cathólico por medio de personas de valor, destreza y confianza.
Quiso después Diego de la Uera cerrar el Castillo de Maya, fuerza importante, que estava por el enemigo aconsejado de los de valle de Batran y para esta la envió nuestro Marqués de Comares a Lope Sánchez de Valenzuela con 15o de a cavallo y 35o de a pié y alguna artillería, pero sucedióle poco próspera la empresa, huyo de levantar el cerco con sentimiento no pequeño del Marqués, que viendo quan momento era el ganar aquella fuerza, para el dominio pacífico del Reyno, ordenó que Don Francés de Beamonte Joanicoto y Jeorge de Robles con algunas compañías de soldados y otros 40o de la tierra se juntasen en San Estevan con Miguel de Ambolodi, que estava allí con 30o y se fortificasen en aquel lugar, defendiendo la Artillería, que havía en Azpeliqueta y vasteciendo una Torre que allí havía.
Mandó juntamente apercivir la comarca toda y proveió 70o Infantes que fuesen a Logroño, Calahorra y Alfaro, y él en persona salió de Pamplona con la gente que le pareció necesaria de a pié y a cavallo y algunas piezas de batir y con esta gente y la mayor parte de zo hombres que tenía en orden la Provinzia y se los envió, puso cerco al Castillo que no siendo socorrido de parte alguna huvo de rendirse dentro de pocos días, con que se aseguró la principal entrada de los montes y obligó Diego de Uera buelto a San Juan de Pié de Puerto a los señores villas y lugares de tierras de vascos y de Sisa fuesen a San Juan a dar la obediencia al Rey Cathólico, como lo havía dado lo restante del Reyno de Navarra. Y el Marqués dexando con la guardia y defensa necesaria el Castillo de Maya, dió la buelta a Pamplona, licenciado toda la soldadesca fuera de la ordenanza de presidio.."
FUENTE
HISTORIA DE LA CASA DE CORDOBA
DE
FRANCISCO FERNANDEZ DE CORDOBA
ABAD DE RUTE (1565-1626)
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