El 30 de junio 1521 seria decisiva la batalla de Noaín,en Navarra, donde se clausuró de
manera definitiva la invasion francesa. Se habia iniciado dos meses antes junto los
comuneros huidos de la derrota de Villalar,en Valladolid,en la guerra de las Comunidades.
En esa derrota influyó la captura del capitan Andrés de Foix,señor de Asparrós.
Ante esto ,dias después,empezaron a tratar a los caballeros que protagonizaron las
victorias para concederles recompensas.
Uno de los recompensados fué Miguel de Perea,que tomó el Estandarte Real de los
franceses.
Por otro lado en cuanto a la captura del señor de Asparrós ,los gobernadores del reino
Navarra promulgaron una cédula real por la que declaraban que Pero Yáñez de Novoa,
hombre de armas de la capitanía del conde de Altamira, don Rodrigo Moscoso Ossorio,
había capturado en la batalla que se dio a los franceses a «Monsieur de Masparrós» el
cual estaba en poder de don Francés de Viamonte y al que Pero Yáñez reclamaba su
pronta entrega.
Cuando Pero Yáñez de Novoa, se esforzaba en recobrar a su importante rehén, he aquí
que le sale al afortunado gallego un decidido competidor en la persona de Vicente
Sánchez, con una petición en que solicitaba le fuese entregado a él el capitán general
francés, Andrés D'Asparrós «porque era su prisionero que le había prendido e dado al
dicho don Francés.
Pero también,n tercer competidor le salió a Perianes de Novoa: el propio don Francés
de Beaumont quien dijo ante el alcalde Benavente «que a él se le había entregado el
dicho Masparrós e dadole la fe y no a otro ninguno y que se remitía a lo que el dicho
Masparrós dixese de quién le avía prendido».
Vicente Sánchez replicó y puntualizó la declaración de don Francés de Beaumont.
Asparrós estaba ya rendido por él y apeado de su cabalgadura al tiempo que don
Francés llegó y «que como don Francés le había conocido se le había pedido e
dadole fe e palabra muchas e diversas vezes de se lo tornar a entregar cada e
quando que se lo pidiese e que solamente se lo diese para que lo curasen».
Perianes de Novoa en su réplica puso el dedo en la llaga al declarar que don Francés
de Beaumont y el prisionero D'Asparrós eran «debdos e parientes e de su tierra e
naturaleza e amigos». Por ello quitó de antemano todo valor a lo que sobre
su prisión pudiera decir el propio D'Asparrós porque: «cualquier cosa que le dixere
(era) porque les convenía a ambos». Perianes negó toda participación en el caso
a Vicente Sánchez y se reafirmó como único autor del prendimiento del conde de Foix.
Vicente Sánchez contraatacó precisando que «él había encontrado al dicho capitán
estando a cavallo e dádole en la vista e se la había quitado e fecho rendir e dándose por
su prisionero». Al mismo tiempo rechazaba toda intervención en el caso de don Francés
y de Perianes de Novoa. Los historiadores antiguos y modernos sin precisar el hecho
afirman que Asparrós mismo, derribado por una lanzada, que rompiéndole la visera
de su casco, le privó por algún tiempo de la visión, se rindió a don Francés de Beaumont
El pleito concluyó ante el bachiller Benavente «en absencia e rebeldía del dicho don
Francés. Era un pleito triangular, cada una de las tres partes actuantes reclamaban
para sí el honor y el provecho de haber prendido al capitán general de los franceses.
La sentencia dada por Benavente nos informa que en agosto de 1521 don Francés
de Beaumont «se fué con el dicho capitán Masparrós», por lo que condenó al mismo
a comparecer y a entregar al prisionero en manos de Perianes de Novoa y a pagar
las Costas del pleito».
Las cosas se le ponían mal a Vicente Sánchez. Pero no cejó en su empresa y apeló ante
el Consejo Real contra la sentencia pronunciada por el bachiller Benavente alegando en
primer lugar que la sentencia se había dado a petición de una parte. Segundo, que en el
proceso, de la parte de Vicente Sánchez, siendo la principal, no se hacía mención de ella
en la referida sentencia. En tercer lugar porque en el proceso se probaba que «andando
en la batalla el dicho Masparrós e trayendo la vista calada se avian encontrado después
de romper las lanzas e le avía dado un golpe con una hachuela de armas en la armadura
de la cabeza de que le avía desguarnecido la vista de una parte y que con la otra mano le
avía asydo della e arrancadosela e que teniendole así herido en el rostro se le avía
rendido e que llegó el dicho don Francés e le interrogó que se le diese para curalle y que
le daba su fe y hazía pleyto omenaje como caballero de se lo dar y entregar quando se lo
pidiese e que con la confianza susodicha se lo había entregado». Alegaba también que
Perianes de Novoa «avía llegado después de estar por él rendido e quedado en su poder
la pieza de la vista que era gaje de prisionero según estilo de guerra». En consecuencia
reclamaba a don Francés que le entregase al prisionero o que le condenase a pagarle de
rescate cien mil ducados de oro.
Perianes de Novoa insistió en pedir se confirmase la sentencia y se excluyese de toda
remuneración a Vicente Sánchez que ninguna parte tuvo —según él— en la captura.
Pero en este momento ambos pleiteantes por separado dirigen sus ataques contra
don Francés de Beaumont acusándole de que «se avía ausentado e pasado con el
dicho capitán (D'Asparrós) en Francia e que pues no tenía asiento y vezindad en
nuestros reynos ni en el reino de Navarra y su ausencia era notoria» .
Los oidores del Consejo Real dieron una carta real por la que se mandaba a
don Francés presentarse en el plazo de nueve días, declarándole en rebelión,
caso de no presentarse.
Vicente Sánchez, en vista de la no comparecencia de don Francés, pidió se le entregara
el rescate por Mr. D'Asparrós, rescate que ya redujo a 40.000 ducados de oro. Atacaba a
Perianes de Novoa de no haber probado nada «porque sus testigos no hacían fe y eran
solos e singulares e contrarios unos a otros e deponían de oídas. Perianes repitió
semejantes acusaciones contra los testigos presentados por Vicente Sánchez
En este momento se produjo un giro espectacular en este zigzagueante proceso. Vicente
Sánchez presentó ante el Consejo Real una petición en la que se decía «que él y
Perianes de Novoa avían comprometido la diferencia que tenían sobre la prisión del
capitán Masparrós en manos de cavalleros, los quales avían dado sentencia y estaba
por ambas partes consentida e presentada en el proceso».
En este compromiso se decía que «por nos quitar de los pleitos y debates y diferencias»
habían puesto el asunto en manos del señor Diego Pérez de Vargas, capitán de Sus
Majestades e contino de su casa, dispuestos a aceptar su laudo so pena de 3.000
ducados de oro. Este compromiso fue firmado por ambos litigantes en Palencia a 18 de
mayo de 1522
El 18 de junio estando en Palencia en la posada de Gaspar Ramírez, secretario del
Consejo de Sus Majestades, Diego Pérez de Vargas presentó su sentencia arbitral por la
que falló que el capitán Asparrós, capitán general del Rey de Francia, fue preso por
ambos a dos, los dichos Perianes de Novoa y Vicente Sánchez, postrero día del mes de
junio del año pasado de 1521 en la tarde, «por ser los susodichos de una capitanía y
servir y salir a la batalla debaxo de una bandera juntos e para un efeto obligados a ser
una misma cosa en el peligro, favor y honra y provecho tengan e lleven por iguales
partes el rescate del dicho capitán, y pidan al Emperador la honra y galardón por igual,
para que lo dexen por enxemplo a sus subcesores... porque con más voluntad sirvan a
sus reyes, pues los dichos Perianes de Novoa y Vicente Sánchez lo hicieron con mucho
esfuerzo e destreza pues se siguió prender al lugarteniente general del Rey de Francia,
persona tan principal y tan valerosa que osó conquistar e ganar el Reino de Navarra y lo
tenía ganado y estava en posesión dél el dicho día postrero de junio que los dichos
Perianes de Novoa y Vicente Sánchez lo prendieron en el dicho Reino de Navarra en el
campo que dizen de Noain donde se dió la batalla, la qual prisión fué y es de gran
estimación así por la persona del dicho Dasparrós como porque los dichos Vicente
Sánchez y Peryañez de Novoa son hijosdalgo conocidos destos Reinos de Su Majestad
e son sus criados y heran hombres de armas en la dicha batalla.
Los dos hombres de armas aceptaron esta sentencia arbitral bajo la expresa condición de
abonar 3.000 ducados de oro aquella parte que en algo no la cumpliere.
En consecuencia Vicente Sánchez pide al Consejo que prosiga hasta su conclusión el
proceso entablado por Perianes de Novoa contra don Francés y solicita se condene al
noble navarro a que les entregue 20.000 ducados de oro en concepto de rescate por la
libertad del conde de Foix, señor de Asparrós.
La sentencia definitiva del Consejo fue dada en Valladolid a 13 de septiembre de 1522
por la que se condena a don Francés de Beaumont a que en el plazo de nueve días
desde su requerimiento «entregue a Vicente Sánchez o a Perianes de Novoa al dicho
Masparrós o el interese de su rescate.
Esta sentencia fue notificada a los pleiteantes y a don Francés de Beaumont en su
ausencia en los estrados del Consejo. Don Francés ni se dio por enterado ni hizo
diligencia alguna en el plazo de los nueve días. Qué había ocurrido? Entregó don
Francés al capitán general D'Asparrós? Mientras corría este proceso y se ventilaba
este asunto, qué había hecho don Francés de Beaumont?
A mediados de julio de 1521, o sea, quince días después de la batalla de Noain, Asparrós
seguía en Pamplona en poder de don Francés y al parecer seguía herido del golpe
propinado por Vicente Sánchez en el momento de la captura. Nada anormal vieron los
virreyes, aposentados a la sazón en la capital navarra, cuando en 16 de julio dieron una
real cédula por la que permitían que «Monsieur Dasparrós, capitán general del Rey de
Francia embie por un médico que está en la ciudad de Bayona para que venga a le curar
a este Reino de Navarra» para que le dejen venir y volver libremente.
Don Francés seguía gozando de la confianza de los virreyes y en particular del afecto y
protección del almirante de Castilla, don Fadrique Enríquez, quien suplicó a S.M.
«que don Francés prendió a D'Asparrós y a él se le entregó la fortaleza de Pamplona,
se le haga merced de ella pues estará en él mejor que en Herrera, que sin derrocalle dos
dedos del muro, se rindió». En esta súplica se patentiza la predilección del almirante por
don Francés y la enemiga declarada contra el alcaide de la fortaleza de Pamplona,
el capitán Miguel de Herrera.
De mediados de julio a los medios de agosto de 1521 fue cuando ocurrió el cambio
radical del gobierno en relación con don Francés de Beaumont. En ese tiempo hubo de
ocurrir la marcha de D'Asparrós a Francia acompañado y patrocinado por su pariente
y amigo don Francés de Beaumont.
El almirante pondera al emperador las graves consecuencias que podrían seguirse
de la libertad de D'Asparrós: «Dirés a Su Majestad que haber don Francés soltado a
Vasparrós ha sido tan extremado daño que creo que breviarán los franceses su
entrada porque Basparrós es cuerdo y sabrá todas nuestras necesidades y hará
aprovechar dellas a los que vienen quanto más que saben que nuestra gente
anda descontenta y mal pagada».
Para mediados de agosto la cosa era clara y la complicidad de don Francés de Beaumont
tan patente que enseguida comenzaron a caer sobre él los golpes de la justicia. «Por
algunas cosas cumplideras a servicio de la Católica Reina, mi señora, e nuestro» mandan
los virreyes suspender a don Francés de Beaumont del cargo de la capitanía retirándole
por ello el salario correspondiente.
Al tesorero de Aragón, mosén Luis Sánchez, y a su lugarteniente en Navarra se les
manda suspender el pago a don Francés de Beaumont de todas las mercedes «que de
nos tiene en los reinos de Castilla y en Navarra».Don Francés no sólo liberó a la brava
a D'Asparrós, sino también a otro gentilhombre francés de cuyo rescate seguía debiendo
35 ducados al capitán don Luis de la Cueva, ducados que se ordena descontar de la
paga debida a don Francés por su capitanía.
seguía en Pamplona en poder de don Francés y al parecer seguía herido del golpe
propinado por Vicente Sánchez en el momento de la captura. Nada anormal vieron los
virreyes, aposentados a la sazón en la capital navarra, cuando en 16 de julio dieron una
real cédula por la que permitían que «Monsieur Dasparrós, capitán general del Rey de
Francia embie por un médico que está en la ciudad de Bayona para que venga a le curar
a este Reino de Navarra» para que le dejen venir y volver libremente.
Don Francés seguía gozando de la confianza de los virreyes y en particular del afecto y
protección del almirante de Castilla, don Fadrique Enríquez, quien suplicó a S.M.
«que don Francés prendió a D'Asparrós y a él se le entregó la fortaleza de Pamplona,
se le haga merced de ella pues estará en él mejor que en Herrera, que sin derrocalle dos
dedos del muro, se rindió». En esta súplica se patentiza la predilección del almirante por
don Francés y la enemiga declarada contra el alcaide de la fortaleza de Pamplona,
el capitán Miguel de Herrera.
De mediados de julio a los medios de agosto de 1521 fue cuando ocurrió el cambio
radical del gobierno en relación con don Francés de Beaumont. En ese tiempo hubo de
ocurrir la marcha de D'Asparrós a Francia acompañado y patrocinado por su pariente
y amigo don Francés de Beaumont.
El almirante pondera al emperador las graves consecuencias que podrían seguirse
de la libertad de D'Asparrós: «Dirés a Su Majestad que haber don Francés soltado a
Vasparrós ha sido tan extremado daño que creo que breviarán los franceses su
entrada porque Basparrós es cuerdo y sabrá todas nuestras necesidades y hará
aprovechar dellas a los que vienen quanto más que saben que nuestra gente
anda descontenta y mal pagada».
Para mediados de agosto la cosa era clara y la complicidad de don Francés de Beaumont
tan patente que enseguida comenzaron a caer sobre él los golpes de la justicia. «Por
algunas cosas cumplideras a servicio de la Católica Reina, mi señora, e nuestro» mandan
los virreyes suspender a don Francés de Beaumont del cargo de la capitanía retirándole
por ello el salario correspondiente.
Al tesorero de Aragón, mosén Luis Sánchez, y a su lugarteniente en Navarra se les
manda suspender el pago a don Francés de Beaumont de todas las mercedes «que de
nos tiene en los reinos de Castilla y en Navarra».Don Francés no sólo liberó a la brava
a D'Asparrós, sino también a otro gentilhombre francés de cuyo rescate seguía debiendo
35 ducados al capitán don Luis de la Cueva, ducados que se ordena descontar de la
paga debida a don Francés por su capitanía.
Las sanciones contra don Francés continuaron durante el mes de agosto: se le priva
de su capitanía «por aver deservido» y se la pasa a su hermano don Fernando con lo
que el dicho don Fernando tiene en la Mesta. A través de la concisa prosa de una
minuta, probablemente redactada por Francisco de los Cobos, nos enteramos que
Perianes de Novoa y Vicente Sánchez pudieron quizá percibir el rescate correspondiente
al apresamiento de D'Asparrós. En la minuta se lee: «Que de los bienes que don
Francés tiene en Navarra pueda disponer para dos escuderos que tovieron a
D'Asparrós». De sus bienes secuestrados se permite extraer la cantidad suficiente:
20.000 ducados para satisfacer a los dos afortunados hombres de armas.
La severidad sigue golpeando a don Francés por cuanto en la misma minuta se prescribe
de orden del emperador «que se derogue la merced de don Francés de los granos de
Sicilia
La severidad sigue golpeando a don Francés por cuanto en la misma minuta se prescribe
de orden del emperador «que se derogue la merced de don Francés de los granos de
Sicilia
Por septiembre ,el condestable informa al emperador que «don Francés le puso
( a Monsieur de Basparrós) en Aragón y él le soltó guardandole mal lo que devía y
no obedeciendo a nuestros regimientos». Desde Zaragoza, en plena maniobra,
don Francés se queja al emperador que habiendo prendido él personalmente a
Juan Bravo en la batalla de Villalar «solamente palabra de gracias oí
de los gobernadores, (no) como otros (a) que ellos dan compensas de cada cosa
que se les figura».
( a Monsieur de Basparrós) en Aragón y él le soltó guardandole mal lo que devía y
no obedeciendo a nuestros regimientos». Desde Zaragoza, en plena maniobra,
don Francés se queja al emperador que habiendo prendido él personalmente a
Juan Bravo en la batalla de Villalar «solamente palabra de gracias oí
de los gobernadores, (no) como otros (a) que ellos dan compensas de cada cosa
que se les figura».
En enero de este año y ante la premura del plazo para recibir las probanzas, una provisión
alargó el término para recibir las declaraciones de los testigos en ciento veinte días.
En mayo otra provisión real mandó recibir las deposiciones de los testigos en el pleito
que Perianes de Nóvoa mantenía con Vicente Sánchez sobre la prisión de Masparrós.
Como hemos visto el pleito contra don Francés se prolongó hasta septiembre de 1522.
No sabemos la fecha del regreso de don Francés a España ni las circunstancias del
mismo, pero sí consta documentalmente que para el 11 de octubre de 1522 don
Francés estaba preso en la fortaleza de Zamora.La acusación que el procurador fiscal
presentó en la cárcel real decía que «seyendo nuestro capitán de ombres de armas en
la batalla que nuestro exército dió en Navarra a los franceses el año 1521 en que fue
vencido el exército del rey de Francia e preso Masparroz, capitán general e cabdillo del
dicho exército por Vicente Sánchez e Perianes de Nóvoa, nuestros hombres de armas
en la capitanía del conde de Altamira, los quales diz que a vuestro ruego y estancia hos
lo entregaron con pleito homenaje que les hicistes de ge lo dar y entregar cada vez que
por ellos os fuese pedido lo qual diz que no hicistes, antes yendo contra el dicho pleito
homenaje, perteneciendo a nos el dicho Masparrós por ser capitán general y el mayor
cabdillo del exército del Rey de Francia y siendo vos obligado a nos lo dar y entregar os
aviades ido con él y le aviades llevado a Francia y lo habíades salvado y rescatado y
aviades hecho dél lo que aviades querido según que es notorio»... por todo lo cual
«aviades sido traidor e desleal e ynfiel a nos e aviades caido e yncurrido en grandes e
graves penas ceviles e criminales».
Desde la prisión de Zamora don Francés de Beaumont, por medio de su procurador,Juan
de Valladolid, apeló contra la sentencia condenatoria dada en 16 de junio de 1522. El
proceso contra don Francés de Beaumont se ventilaba ante los alcaldes de casa y Corte
y actuaba de acusador el fiscal Pero Ruiz que tan destacado papel ejerció en los
procesos seguidos a los participantes en el movimiento comunero.
Por enero del año 1523,Don Francés de Beaumont, preso en Zamora, no daba su causa
por perdida. Obtuvo que un receptor de la corte, Pero Alvarez de Oviedo, fuese a
Calahorra y a otras ciudades, villas y lugares para tomar declaración a los testigos
presentados por el noble navarro.También hubo de ir «a Aragón y Navarra e allende los
puertos» a buscar declaraciones de testigos, para todo lo cual consiguió la ampliación del
plazo para recibir las probanzas en otros ciento veinte días.
alargó el término para recibir las declaraciones de los testigos en ciento veinte días.
En mayo otra provisión real mandó recibir las deposiciones de los testigos en el pleito
que Perianes de Nóvoa mantenía con Vicente Sánchez sobre la prisión de Masparrós.
Como hemos visto el pleito contra don Francés se prolongó hasta septiembre de 1522.
No sabemos la fecha del regreso de don Francés a España ni las circunstancias del
mismo, pero sí consta documentalmente que para el 11 de octubre de 1522 don
Francés estaba preso en la fortaleza de Zamora.La acusación que el procurador fiscal
presentó en la cárcel real decía que «seyendo nuestro capitán de ombres de armas en
la batalla que nuestro exército dió en Navarra a los franceses el año 1521 en que fue
vencido el exército del rey de Francia e preso Masparroz, capitán general e cabdillo del
dicho exército por Vicente Sánchez e Perianes de Nóvoa, nuestros hombres de armas
en la capitanía del conde de Altamira, los quales diz que a vuestro ruego y estancia hos
lo entregaron con pleito homenaje que les hicistes de ge lo dar y entregar cada vez que
por ellos os fuese pedido lo qual diz que no hicistes, antes yendo contra el dicho pleito
homenaje, perteneciendo a nos el dicho Masparrós por ser capitán general y el mayor
cabdillo del exército del Rey de Francia y siendo vos obligado a nos lo dar y entregar os
aviades ido con él y le aviades llevado a Francia y lo habíades salvado y rescatado y
aviades hecho dél lo que aviades querido según que es notorio»... por todo lo cual
«aviades sido traidor e desleal e ynfiel a nos e aviades caido e yncurrido en grandes e
graves penas ceviles e criminales».
Desde la prisión de Zamora don Francés de Beaumont, por medio de su procurador,Juan
de Valladolid, apeló contra la sentencia condenatoria dada en 16 de junio de 1522. El
proceso contra don Francés de Beaumont se ventilaba ante los alcaldes de casa y Corte
y actuaba de acusador el fiscal Pero Ruiz que tan destacado papel ejerció en los
procesos seguidos a los participantes en el movimiento comunero.
Por enero del año 1523,Don Francés de Beaumont, preso en Zamora, no daba su causa
por perdida. Obtuvo que un receptor de la corte, Pero Alvarez de Oviedo, fuese a
Calahorra y a otras ciudades, villas y lugares para tomar declaración a los testigos
presentados por el noble navarro.También hubo de ir «a Aragón y Navarra e allende los
puertos» a buscar declaraciones de testigos, para todo lo cual consiguió la ampliación del
plazo para recibir las probanzas en otros ciento veinte días.
La llegada del emperador a España parece indicar un atisbo de giro a favor de don
Francés en el espinoso asunto de la escapada de Mr D'Asparrós. En 5 de marzo de 1523
se despachó una cédula real, firmada por Su Majestad, para que el alcaide de la fortaleza
de Zamora entregase a don Francés de Beaumont al aguacil Vallejo que iba por él.Este
cambio pudo suponer un traslado del reo a Valladolid desde donde podría defenderse con
más facilidad ante los señores del Consejo. El 15 de este mes el Consejo Real a petición
de Vicente Sánchez de Avila y de Perianes de Novoa mandó a Alonso de San Pedro,
escribano público de Zamora, que entregase el proceso contra don Francés de
Beaumont para presentarle ante los señores oidores del Consejo.
Francés en el espinoso asunto de la escapada de Mr D'Asparrós. En 5 de marzo de 1523
se despachó una cédula real, firmada por Su Majestad, para que el alcaide de la fortaleza
de Zamora entregase a don Francés de Beaumont al aguacil Vallejo que iba por él.Este
cambio pudo suponer un traslado del reo a Valladolid desde donde podría defenderse con
más facilidad ante los señores del Consejo. El 15 de este mes el Consejo Real a petición
de Vicente Sánchez de Avila y de Perianes de Novoa mandó a Alonso de San Pedro,
escribano público de Zamora, que entregase el proceso contra don Francés de
Beaumont para presentarle ante los señores oidores del Consejo.
La defensa de don Francés iba, al parecer, ganando terreno. Constituido el preso en la
corte de Valladolid, logró a fines de marzo que se enviase al escribano Juan de Cuéllar a
la villa de Peñafiel a tomar declaración a su favor de don Pedro Girón, que fue capitán
general del ejército de la Comunidad y a la sazón cumplía destierro en la villa del
Duratón.
Los gastos del proceso cargaban sobre la flaca bolsa de don Francés de Beaumont que
veía a la sazón embargados sus bienes inmuebles de Navarra. Por ello se ve precisado
a reclamar «ciertos maravedís de su salario de corregidor» en el tiempo que desempeñó
este oficio en el Principado de Asturias y «que le quedaron a deber por no se poder él
detener a los cobrar por venir a servir en tiempos de las alteraciones pasadas».
En abril don Francés de Beaumont «preso e encarcelado» logra que el Consejo Real se
dirija al gobernador y Justicia Mayor de Aragón para que haga llamar y tome declaración a
los testigos de descargo presentados por don Francés y residentes en aquel reino.
Un indicio del cambio que se iba operando en el ánimo del emperador en relación con el
feo asunto de don Francés creemos encontrarlo en la real cédula firmada por Carlos V en
Valladolid en el mes de mayo por la que ruega y encarga al joyero de Béjar, Hernán
Pérez, que había comprado a don Francés una casa, probablemente en Valladolid,
casa que don Francés había recibido en tiempos como merced del emperador y que
había pertenecido a un condenado por la Santa Inquisición, para que se la devuelva a
don Francés «pagandoos lo que vos le disteis por ellas y lo que más ovieredes gastado
en labrar o repararlas que en ello seré servido».
¿Vería próxima don Francés su total absolución y consiguiente libertad y proyectaría
albergar en ella a su familia? En junio todavía no había cobrado don Francés las deudas
de su salario como corregidor del Principado de Asturias, por lo que una cédula real
vuelve a insistir en su pronto pago.
corte de Valladolid, logró a fines de marzo que se enviase al escribano Juan de Cuéllar a
la villa de Peñafiel a tomar declaración a su favor de don Pedro Girón, que fue capitán
general del ejército de la Comunidad y a la sazón cumplía destierro en la villa del
Duratón.
Los gastos del proceso cargaban sobre la flaca bolsa de don Francés de Beaumont que
veía a la sazón embargados sus bienes inmuebles de Navarra. Por ello se ve precisado
a reclamar «ciertos maravedís de su salario de corregidor» en el tiempo que desempeñó
este oficio en el Principado de Asturias y «que le quedaron a deber por no se poder él
detener a los cobrar por venir a servir en tiempos de las alteraciones pasadas».
En abril don Francés de Beaumont «preso e encarcelado» logra que el Consejo Real se
dirija al gobernador y Justicia Mayor de Aragón para que haga llamar y tome declaración a
los testigos de descargo presentados por don Francés y residentes en aquel reino.
Un indicio del cambio que se iba operando en el ánimo del emperador en relación con el
feo asunto de don Francés creemos encontrarlo en la real cédula firmada por Carlos V en
Valladolid en el mes de mayo por la que ruega y encarga al joyero de Béjar, Hernán
Pérez, que había comprado a don Francés una casa, probablemente en Valladolid,
casa que don Francés había recibido en tiempos como merced del emperador y que
había pertenecido a un condenado por la Santa Inquisición, para que se la devuelva a
don Francés «pagandoos lo que vos le disteis por ellas y lo que más ovieredes gastado
en labrar o repararlas que en ello seré servido».
¿Vería próxima don Francés su total absolución y consiguiente libertad y proyectaría
albergar en ella a su familia? En junio todavía no había cobrado don Francés las deudas
de su salario como corregidor del Principado de Asturias, por lo que una cédula real
vuelve a insistir en su pronto pago.
Durante ese mismo mes de junio, la causa seguida contra don Francés de Beaumont
por haber evacuado al capitán general de los franceses, D'Asparrós, había fenecido o
se había sobreseído no sabemos cómo ni en virtud de qué poderosas razones de tipo
político. La situación personal del preso, encarcelado y procesado, dio en cuestión
de días un vuelco de campana.
por haber evacuado al capitán general de los franceses, D'Asparrós, había fenecido o
se había sobreseído no sabemos cómo ni en virtud de qué poderosas razones de tipo
político. La situación personal del preso, encarcelado y procesado, dio en cuestión
de días un vuelco de campana.
No puede quedar la menor duda que al firmar el emperador esta cédula borraba como
con una esponja el inmediato pasado de don Francés de Beaumont, se daba por
satisfecho de su conducta en la evasión de D'Asparrós y le retornaba a su gracia.
Mucho hubiéramos deseado encontrar los documentos aclaratorios de este cambio
copernicano de actitud del rey. Pero la Historia tiene estas singularidades. ¿Qué
sabemos de los años inmediatamente posteriores a esta dramática etapa? ¿Qué hizo
don Francés? ¿Qué actitud guardó con él Carlos V?
FUENTE
EN TORNO A LA BATALLA DE NOAIN
LUIS FERNANDEZ MARTÍN (1979)
con una esponja el inmediato pasado de don Francés de Beaumont, se daba por
satisfecho de su conducta en la evasión de D'Asparrós y le retornaba a su gracia.
Mucho hubiéramos deseado encontrar los documentos aclaratorios de este cambio
copernicano de actitud del rey. Pero la Historia tiene estas singularidades. ¿Qué
sabemos de los años inmediatamente posteriores a esta dramática etapa? ¿Qué hizo
don Francés? ¿Qué actitud guardó con él Carlos V?
FUENTE
EN TORNO A LA BATALLA DE NOAIN
LUIS FERNANDEZ MARTÍN (1979)
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